Bajo otro cielo
Las almas conentricas del lo atemporal
Es difícil, La vida esta llena de ambigüedades, el tiempo pasa sin detenerse, pero aveces si se detiene, se queda en los momentos, bueno quizás en las personas. Si el insecto se queda en el ámbar se muere o vive y se vuelve parte de la inmortalida de la piedra?
De repente morimos y para siempre vivimos. Se podría decir entonces que en nuestra vida nos atrapa esa suculenta a temporalidad casi sin darnos cuenta. Solo vemos partes de ella.
Sería mas fácil recorrer cada línea viendo la mano completa, ahí viene el amor, la fortuna, la vida..Pero y muy a veces se sufre cuando sin saber porque se sufre en el camino una línea que se pierde derepente en el camino, muchas otras veces solo se siente que se enlazan en forma repentina...
En otros tiempos no se perdían de vista esas cosas, la vida y la muerte se preparaban, se trascendían, se antagonizaban, se moría dandole vida a la muerte, la pintaban.
Era emocionante pensar que la vida estuviera llena de ambigüedades...
Abuela adorna sus arrugas con una sonrisa y mirada demasiado clara para su opaca vitalidad corporea. Su espíritu aun danza en la cúspide de un sol a medio día, las primaveras de los años le reslatan el perfume de su corazón basatne áureo y argenteo por todos los luceros que le alumbraron tres cuartos de siglo todas sus noches de canto.
Cuando se ríe, su risa conmueve a todas la flores, las estremece en el sosiego inocente que aun conserva sobre ese sembalnte rugoso que tanto a cautivado bajo esos rayitos de piel.
Bajo esas ojeras de lavanda se mantienen colgando esos sueños impávidos y luchas heroicas, mantienen el fuego vivo de alguna juventud extraviada en el recuerdo que alguna vez incendio mares. Y así como el sol y la luna se miran ella mira enamorada a Abuelo que con la presencia de une elefante y su Marfil se posa en los manantiales de la paciencia y perseverancia para darle al tiempo la espuma de nuestros días, su tez blanca y sus ojos verdes dan la impresión de los jades de alguna tierra lejana, dan la misma curiosidad que resaltan, su frescura parece mantenerse impávida, la que parece caracterizar al párvulo que con extraña serenidad se constriñe ante el mundo pero conserva el anhelo de la sensibilidad que da vuelo a los sentidos mas gigantes y tempestuosos bajo una mirada aplacada.
Cuando se ríe, su risa conmueve a todas la flores, las estremece en el sosiego inocente que aun conserva sobre ese sembalnte rugoso que tanto a cautivado bajo esos rayitos de piel.
Bajo esas ojeras de lavanda se mantienen colgando esos sueños impávidos y luchas heroicas, mantienen el fuego vivo de alguna juventud extraviada en el recuerdo que alguna vez incendio mares. Y así como el sol y la luna se miran ella mira enamorada a Abuelo que con la presencia de une elefante y su Marfil se posa en los manantiales de la paciencia y perseverancia para darle al tiempo la espuma de nuestros días, su tez blanca y sus ojos verdes dan la impresión de los jades de alguna tierra lejana, dan la misma curiosidad que resaltan, su frescura parece mantenerse impávida, la que parece caracterizar al párvulo que con extraña serenidad se constriñe ante el mundo pero conserva el anhelo de la sensibilidad que da vuelo a los sentidos mas gigantes y tempestuosos bajo una mirada aplacada.
Los dos, el y ella ven la vida y la vida los mira. Como dos tomos de un mismo libro la recorren, la platican, y la siembran. Y en la imaginación, los capullos de las pasiones que solo se pueden contar con la mirada y de los dolores que solo se pueden colar en las lagrimas, brotan en suspiros y pestañeos, la luz que el tiempo bajo de otro cielo.
No comments:
Post a Comment